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¿QUÉ ES LA VENTILACIÓN CONTROLADA?

Entendemos por ventilación la renovación del aire de una habitación mediante una conexión con el entorno exterior. La ventilación precisa una apertura para la entrada del aire y otra para su extracción, así como una diferencia de presión.

La insalubridad del aire interior en una vivienda era hasta hace poco un problema prácticamente desconocido. Una ventana debe posibilitar la renovación del aire para proporcionar unas condiciones aceptables de habitabilidad. Pero tendremos en cuenta que una circulación constante o una mala circulación de aire asegura una renovación del aire, si bien a costa de una alta ineficiencia energética.

Con la crisis, la preocupación en Europa por ahorrar en gasto energético conduce a la inversión y desarrollo de sistemas de cerramientos herméticos. Las nuevas ventanas ajustan y cierran mucho mejor que las de hace algunos años y las fugas de calor desaparecen, por ello se consiguen unos índices herméticos muy elevados.

Pero tras conseguir que las ventanas sean más herméticas aparece un nuevo problema: El deterioro de la calidad del aire en la habitación. Al suprimirse la ventilación natural, las ventanas pasan a empañarse, el exceso de humedad genera la aparición de moho, los humos y olores se estancan en la habitación, baja considerablemente la calidad del aire, etc.

Es entonces cuando regresa la necesidad de ventilar la habitación. Las legislaciones europeas, incluida la española en su código técnico de la edificación ( CTE ) en su documento básico de salubridad obligan a que las ventanas y puertas dispongan de un sistema de ventilación que garantice la correcta circulación de aire fresco.

Hoy en día existen en el mercado muchos modelos y sistemas de ventilación, por lo que prácticamente tenemos solución para todas las necesidades constructivas sin tener que variar la estética de la ventana.